"Los poetas deberíamos de dejarnos de vedetísmos, de modas (...) y dedicarnos a escribir poesía"J.S

Presentación

BIENVENIDOS
Este blog es resultado del trabajo final para la materia de Literatura Mexicana para la profesora Margo Echenberg. Desde el Layout del mismo hasta la mecánica y concepto en que está hecho es resultado del trabajo de José Rachid Cesín Reyes, Alumno de LMI del Tecnológico de Monterrey Campus Ciudad de México.
Espero sea de su agrado
Matrícula: A01124178
Biografía
.- Nace en 1926 en Chiapas
.-Hijo de Julio Sabines (Mayor Sabines) Proveniente de Líbano
.-Declamaba en primaria
.- A los 16 empieza a escribir poesía
.- A los 21 empieza a mandar cartas a Josefa Rodríguez quien luego sería su esposa: Chepita.
.- En 1945, el mismo año, está en la Ciudad de México estudiando medicina, pero lo deja para entrar a Filosofía y Letras.
.- A los 23 ha esctiro y publicado su primer libro de poesía.
.- Murió a los 72 años, en 1999.
SU BIBLIOGRAFÍA
- Horal (1950)
- La Señal (1951)
- Adán y Eva (1952)
- Tarumba (1956)
- Diario Semanario y poemas en prosa (1961)
- Poemas Sueltos (1951-1961)
- Yuria (1967)
- Maltiempo (1972)
- Algo sobre la muerte del Mayor Sabines (1973)
- Otros Poemas Sueltos (1973-1994)
Caracterísitcas de su poesía

.
.-Es Poeta
.-Trata los temas de la vida y la muerte con papel prepoderante.
.- Se caracteriza por una lírica facil de muchas imágenes basadas en la cotidianeidad
.- Su poesía se maneja más en la Prosa que en el verso.
.- Habla de temas que le competen, en los que él es partícipe directo
.- El amor es un tema al que vuelve siempre y exalta tanto los atinos como los desatinos del mismo.
.- Poesía altamente familiar (su tía Chofi; su padre, el Mayor Sabines, Julito su hijo y Chepita, su mujer
.-Es el poeta, el peatón siempre.

Hablan acerca de Sabines
"Jaime Sabines es uno de losmejores poetas contemporáneos de nuestra lengua. Muy pronto, desde suprimer libro, encontró su voz. Una voz inconfundible, un poco ronca yáspera, piedra rodada y verdinegra, veteada por esas líneas sinuosas yprofundas que trazan en los peñascos el rayo y el temporal. Mapaspasionales, signos de los cuatro elementos, jeroglíficos de la sangre,la bilis, el semen, el sudor, las lágrimas y los otros líquidos ysustancias con que el hombre dibuja su muerte -o con la que la muertedibuja nuestra imagen de hombres."
Octavio Paz
.-.-.-.-.-.-.
Plática de Carlos Monsivais en el homenaje al maestro Sabines
La poesía mexicana, entre otras de sus grandes contribuciones, Jaime Sabines le ha traído un público, estrictamente suyo, no sólo de lectores, no sólo de oyentes, no nada más producto de la cultura poética, de ninguna manera sin tratos con la cultura poética, un público sui generis que traza el panorama donde se contradice la idea generalizada del abandono irremediable y masivo de los poetas a los que se califica ahora sin esas palabras como seres errantes de la zona del autoconsumo.
El poder de convocatoria de Sabines radica, según creo, en la capacidad de animar el placer de la metáfora, recurriendo a elementos cotidianos. Ese don formidable de convertir en expresión sabiniana lo que antes de él pudo ser de cualquiera de nosotros: Yo no lo sé de cierto, lo supongo.
Ingresar a lo entrañable
Jaime Sabines, desde luego, maneja los numerosos planos de la expresión poética, pero su arraigo multitudinario se inicia en la naturalidad asombrosa con que, por ejemplo, recoge la lección del bolero y la trasmuta en estética extraordinaria, como sucede célebremente en el caso de Los amorosos, un poema de Horal, el primer libro publicado a sus 24 años, un poema al que no agotan ni estropean las declamaciones escolares ni la repetición: ''Los amorosos juegan a coger el agua, a tatuar el humo, a no irse, juegan el largo, el triste juego del amor..."
Cito este poema porque fue el aviso del ingreso de Sabines a lo entrañable. ¿Qué hallaron y qué siguen hallando allí los desacostumbrados de la lírica contemporánea, los habituados, en todo caso, a la rima? Los reacios a la imagen posmodernista, que no posmoderna, encontraron no muy fácil, una poesía ardua que no los expulsaba, algo distinto a una poesía fácil que los incluía; descubrieron el gusto por lo aparentemente incomprensible que va rindiendo su secreto a cada lectura sin jamás cederlo del todo; vislumbraron y siguen vislumbrando el sentido mayor de la poesía, la memorización, que al aclararnos de pronto una línea, enriquece sin medida nuestras vivencias.
Sin la memorización de algunos de sus poemas centrales, el público de Sabines lo sería a medias: ''Vacíos pero vacíos de una a otra costilla, la muerte les fermenta detrás de los ojos y ellos caminan, lloran hasta la madrugada, en que trenes y gallos se despiden dolorosamente..."
En las ocasiones en que he visto en acción al público de Sabines, esos amorosos que no se avergüenzan de toda conformación, he percibido o creído percibir que para buena parte de ellos Recuento de poemas o Nuevo recuento de poemas le significaron el ingreso a un mundo de estímulos inesperados, ligados a la música de la palabra, a la emoción largamente vivida de una metáfora, a la posibilidad de asomarse a una sensibilidad que desconocían en ellos mismos, y comparten su pasión inaugural con los habituales de la poesía, los enterados.
Los recién llegados y los lobos del mar de las imágenes se asombran por igual con Los amorosos: ''les llega a veces un olor a tierra recién nacida, a mujeres que duermen con la mano en el sexo, complacidas, a arroyos de agua tierna y a cocina, los amorosos se ponen a cantar entre labios una canción no aprendida y se van llorando, llorando la hermosa vida".
¿Existe algo parecido a tierra recién nacida? ¿Qué conjunto escultórico equivaldría a las mujeres que duermen con la mano en el sexo? ¿Dónde se localizan los arroyos de agua tierna? Las metáforas iluminan las vidas que se viven naturalmente en prosa, y Sabines, como en su momento Neruda, como inesperadamente García Lorca, como a su tiempo Carlos Martínez Rivas o Roberto Juarroz, consigue la adhesión de quienes, al admirarlo, se convierten ante sus propios ojos y muy legítimamente en poetas instantáneos.
¿Cómo se construye una gran poesía? Nos es dado saberlo sólo por aproximación o inferencia, pero en el caso de Sabines las respuestas posibles se avizoran en cada relectura. Una gran poesía se construye con espontaneidad arduamente trabajada, sencillez de la complejidad, con desdén ante la tiranía del buen gusto o ante las consecuencias del exceso y la provocación: ''a la chingada las lágrimas, dije y me puse a llorar como se ponen a parir..."
A esto Sabines añade, sin miedos o reticencias, la exhibición del afecto desde una raíz familiar, desde el lazo orgánico vuelto amarradura totalizadora, donde la intimidad se convierte en proeza de todos los días, porque no hay nada más fatigoso que sobrevivir al amor y el desamor, que son, juntos, la célula básica de la sociedad.
Desbordar la ternura
En Tía Chofi, uno de sus grandes poemas, el que personalmente prefiero, no por desdén de ningún otro, sino porque ningún otro me aclara con mayor fulgor el sentido de la compasión, el padecer junto a los otros, Sabines es radical y es austero y es insultante hasta el desbordamiento de la ternura: ''Amanecí triste el día de tu muerte, Tía Chofi, pero esa tarde me fui al cine e hice el amor. Yo no sabía que a 100 leguas de aquí estabas muerta, con tus 70 años de virgen definitiva, tendida sobre un catre, estúpidamente muerta. Hiciste bien en morirte, Tía Chofi, porque no hacías nada, porque nadie te hacía caso, porque desde que murió abuelita, a quien te consagraste, ya no tenías qué hacer, y a leguas se miraba que querías morirte y te aguantabas. Hiciste bien".
¡Qué familia no está contenida en estos versos; qué afecto no podría desmenuzarse de este modo, con grosería y entrega; qué manera hay de evitar que el lector del poema no sea al propio tiempo un personaje central o marginal del mismo!
Jaime Sabines es, como tanto se dice y se exige ahora, incluyente, y para tal efecto en su obra coinciden la imprecación, la duda, la ternura, la blasfemia aquietada por la fe, la orfandad y la adopción de Dios, la celebración de las putas y de la soledad, esa puta sin clientes, habría que decir, el sentimiento amoroso sin el aura del prestigio poético, la precocidad que lo exhibe notable desde los primeros poemas, como el aquí ya citado: ''Lento amargo animal, que soy, que he sido amargo desde el mundo de polvo y agua y viento que en la primera generación del hombre bebía a Dios".
Sabines es forzosa y placentera y llagadamente bíblico, porque su poesía en todas las ocasiones tiende a la celebración y el dolor de los orígenes. A partir de estos elementos constitutivos, cualquier otro se despeñaría en el vitalismo. Sabines no, y uno de sus logros notables es el combinar el dominio formal con el apego a características consideradas anacrónicas, a sus transfiguraciones del tedio y el oprobio y la filosofía postcoitum.
Sin pudor y sin jactancia insiste en la desesperación, ama y fornica, insulta y se insulta, crea nuevas y excepcionales coplas a la muerte de su padre, se emborracha para llorar y no llorar, se revela torpe y lúcidamente ante la angustia de los seres queridos: ''mi padre tiene el ganglio más hermoso del cáncer, en la raíz del cuello, sobre la sublavia, tubérculo del bueno de Dios, ampolleta de la buena muerte, y yo mando a la chingada todos los soles del mundo".
También Sabines es impiadoso consigo mismo, igual a un perro herido al que rodea la gente, feo como el recién nacido y triste como el cadáver de una parturienta, y es profético como cedro del Líbano y robledal de Chiapas.
El resultado es singular, un análisis descarnado y solitario de los sentimientos y un romanticismo crítico, entre comillas, aislados de jerarquías y ambiciones canónicas. En algún momento exclama: ''¡Nos confundimos, apenas si alcanzamos a decir la mitad de esto o aquello!". Seguramente, pero en su caso él se ha dado tiempo para decirlo todo sobre esto o aquello, esas dos totalidades de la melancolía.
(Texto tomado de http://www.jornada.unam.mx/1999/03/20/cul-monsi.html)
Sus reconocimientos
. Premio Xavier Villaurrutia 1972 (Lo acompañó entre otros Efraín Huerta)
. Premio Elías Sourasky 1982 (Del presidente Lopez Portillo)
. Premio Nacional de Ciencias y Artes en Lingüística y Literatura 1983 (Del presidente de la Madrid)
Sabines en Imágenes
He aquí un poco de Sabines. Las imágenes no son propiedad del autor del blog y tienen un uso meramente educativo.
Análisis de la poesía de Sabines
El caso es que Sabines remonta desde la prosa la poesía del día a día. Desde la hora de la comida hasta el momento en que va a dormir. Desde la hora en que añora el sexo hasta el momento en el que se camina por las calles. He aquí un poema y después hablaré sobre lo que podemos encontrar en él.
Espero curarme de ti
ESPERO CURARME DE TI en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.
¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.
Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: "que calor hace", "dame agua", "¿sabes manejar?", "se te hizo de noche"...Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho "ya es tarde", y tú sabías que decía "te quiero".)
Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que tú quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.
Comencemos entonces:
Sabines lo que hace por principio es realizar un símil del amor como una enfermedad que a la vez tiene sus tintes de adicción. De las adicciones uno tiene que separarse; desprenderse, y por eso es que él yo lírico se receta "tiempo, abstinencia" y "soledad". De ahí entonces deriva una característica en la poesía de Sabines: Resulta denunciativa. Con esto me refiero a que el autor sin miedos se refiere siempre a la persona que lo hace tener y generar esas emociones. Y esto es lo que le da mucha personalidad a la lírica, pues no es algo que sólo reside en el interior del poeta, sino que sale y busca tocar a los demás; buscar a responsables y formas de llegar a acuerdos.
Pero sobre todo resulta Sabines sincero. Sabe hasta donde puede llegar y hasta donde no puede más, como lo muestra en "Una semana más para reunir todo el amor del tiempo (...) No sirve, es cierto" Su capacidad de ser humano por completo le otroga un lugar muy especial en el canon aunado a su poesía que levanta las pasiones desde si el autor es deleznable por la sencillés de lo que escribe hasta la grandeza del mismo por levantar del día a día todo lo que los demás solemos dejar tirado en el piso de la vida.
Y la vida. La vida es quizá el tema más grande del autor. Dentro del estarse muriendo a cada paso que da, dentro de "perder la cabeza, cortarse el cuello" el lo que busca es encontrar una nuvea vida; esa que se oculta detrás del amor, del sufrimiento. Esa en la que se lleva a cabo, diría Cortazar, "La vida sencilla", donde llama "al pan: pan". Pero Sabines llama a las cosas por su nombre para luego llamarlas por como se sienten, como en toda la parte donde habla del "otro
"Levántame. Porque he caído de tus manos
y quiero vivir, vivir, vivir."
"Otros poemas sueltos (1973-1994)"
Jaime Sabines dentro de su literatura, posee poemas entrañables; de esos que un día hacen que el Palacio de Bellas Artes se llene de gente para presenciar al autor decirlos, y hacerlos llorar, o emocionarse o recitar con los labios lo que el poeta ha puesto en sus bocas. A continuación se presentan algunos poemas tomados de la bibliografía de Sabines, comenzando por poemas de su libro "Horal" para terminar con el poema suelto "Me encanta Dios".
OTROS POEMAS SUELTOS (1973-1994)
La luna
La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía
Un pedazo de luna en el bolsillo
es el mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir
Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas
Me Encanta Dios
Me encanta Dios. es un viejo magnífico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega, y
a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente. Pero esto
sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe con las manos.
Nos ha enviado a algunos tipos excepcionales como Buda, o Cristo, o Mahoma, o mi tía Chofi,
para que nos digan que nos portemos bien. Pero esto a él no le preocupa mucho: nos conoce.
Sabe que el pez grande se traga al chico, que la lagartija grande se traga a la pequeña, que el
hombre de traga al hombre. Y por eso inventó la muerte: para que la vida - no tú ni yo - la
vida, sea para siempre.
Ahora los científicos salen con su teoría del Big Bang... Pero ¿que importa si el universo se
expande interminablemente o se contrae? Esto es asunto sólo para agencias de viajes.
A mi me encanta Dios. Ha puesto orden en las galaxias y distribuye bien el tránsito en el
camino de las hormigas. Y es tan juguetón y travieso que el otro día descubrí que ha hecho
-frente al ataque de los antibióticos- ¡bacterias mutantes!
Viejo sabio o niño explorador, cuando deja de jugar con sus soldaditos de plomo de carne y
hueso, hace campos de flores o pinta el cielo de manera increíble.
Mueve una mano y hace el mar, y mueve la otra y hace el bosque. Y cuando pasa por encima de
nosotros, quedan las nubes, pedazos de su aliento.
Dicen que a veces se enfurece y hace terremotos, y manda tormentas, caudales de fuego,
vientos desatados, aguas alevosas, castigos y desastres. Pero esto es mentira. Es la tierra que
cambia- y se agita y crece- cuando Dios se aleja.
Dios siempre está de buen humor. Por eso es el preferido de mis padres, el escogido de mis
hijos, el más cercano de mis hermanos, la mujer mas amada, el perrito y la pulga, la piedra mas
antigua, el pétalo mas tierno, el aroma más dulce, la noche insondable, el borboteo de luz, el
manantial que soy.
A mi me gusta, a mi me encanta Dios. Que Dios bendiga a Dios.
"Yuria" 1967
Jaime Sabines dentro de su literatura, posee poemas entrañables; de esos que un día hacen que el Palacio de Bellas Artes se llene de gente para presenciar al autor decirlos, y hacerlos llorar, o emocionarse o recitar con los labios lo que el poeta ha puesto en sus bocas. A continuación se presentan algunos poemas tomados de la bibliografía de Sabines, comenzando por poemas de su libro "Horal" para terminar con el poema suelto "Me encanta Dios".
YURIA (1967)
Espero curarme de ti
ESPERO CURARME DE TI en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.
¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.
Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: "que calor hace", "dame agua", "¿sabes manejar?", "se te hizo de noche"...Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho "ya es tarde", y tú sabías que decía "te quiero".)
Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que tú quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.
Me dueles
Me dueles.
Mansamente, insoportablemente, me dueles.
Toma mi cabeza, córtame el cuello.
Nada queda de mí después de este amor.
Entre los escombros de mi alma búscame,
escúchame.
En algún sitio mi voz, sobrevive, llama,
pite tu asombro,
tu iluminado silencio.
Atravesando muros, atmósferas, edades,
tu rostro (tu rostro que parece que fuera cierto)
viene desde la muerte, desde antes
del primer día que despertara al mundo.
¡Qué claridad tu rostro, qué ternura
de luz ensimismada,
qué dibujos de miel sobre hojas de agua!
Amo tus ojos, amo, amo tus ojos.
Soy como el hijo de tus ojos,
como una gota de tus ojos soy.
Levántame. De entre tus pies levántame, recógeme,
del suelo, de la sombra que pisas,
del rincón de tu cuarto que nunca ves en sueños.
Levántame. Porque he caído de tus manos
y quiero vivir, vivir, vivir.
Cuando tengas ganas de morirte
Cuando tengas ganas de morirte
esconde la cabeza bajo la almohada
y cuenta cuatro mil borregos.
Quédate dos días sin comer
y veras que hermosa es la vida:
carne, frijoles, pan.
Quédate sin mujer: verás.
Cuando tengas ganas de morirte
no alborotes tanto: muérete y ya.
"Poemas Sueltos (1951-1961)"

Jaime Sabines dentro de su literatura, posee poemas entrañables; de esos que un día hacen que el Palacio de Bellas Artes se llene de gente para presenciar al autor decirlos, y hacerlos llorar, o emocionarse o recitar con los labios lo que el poeta ha puesto en sus bocas. A continuación se presentan algunos poemas tomados de la bibliografía de Sabines, comenzando por poemas de su libro "Horal" para terminar con el poema suelto "Me encanta Dios".
POEMAS SUELTOS (1951- 1961):
No es que muera de amor, muero de ti
No es que muera de amor, muero de ti
Muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma de ti y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin ti.
Muero de ti y de mi, muero de ambos,
de nosotros, de ese,
desgarrado, partido,
me muero, te muero, lo morimos.
Morimos en mi cuarto en que estoy solo,
en mi cama en que faltas,
en la calle donde mi brazo va vacío,
en el cine y los parques, los tranvías,
los lugares donde mi hombro acostumbra tu cabeza
y mi mano tu mano
y todo yo te sé como yo mismo.
Morimos en el sitio que le he prestado al aire
para que estés fuera de mí,
y en el lugar en que el aire se acaba
cuando te echo mi piel encima
y nos conocemos en nosotros, separados del mundo,
dichosa, penetrada, y cierto , interminable.
Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos
entre los dos, ahora, separados,
del uno al otro, diariamente,
cayéndonos en múltiples estatuas,
en gestos que no vemos,
en nuestras manos que nos necesitan.
Nos morimos, amor, muero en tu vientre
que no muerdo ni beso,
en tus muslos dulcísimos y vivos,
en tu carne sin fin, muero de máscaras,
de triángulos obscuros e incesantes.
Muero de mi cuerpo y de tu cuerpo,
de nuestra muerte ,amor, muero, morimos.
En el pozo de amor a todas horas,
Inconsolable, a gritos,
dentro de mi, quiero decir, te llamo,
te llaman los que nacen, los que vienen
de atrás, de ti, los que a ti llegan.
Nos morimos, amor, y nada hacemos
sino morirnos más, hora tras hora,
y escribirnos y hablarnos y morirnos.
No es nada de tu cuerpo
No es nada de tu cuerpo,
ni tu piel, ni tus ojos, ni tu vientre,
ni ese lugar secreto que los dos conocemos,
fosa de nuestra muerte, final de nuestro entierro.
No es tu boca -tu boca
que es igual que tu sexo-,
ni la reunión exacta de tus pechos,
ni tu espalda dulcísima y suave,
ni tu ombligo, en que bebo.
No son tus muslos duros como el día,
ni tus rodillas de marfil al fuego,
ni tus pies diminutos y sangrantes,
ni tu olor, ni tu pelo.
No es tu mirada -¿qué es una mirada?-
triste luz descarriada, paz sin dueño,
ni el álbum de tu oído, ni tus voces,
ni las ojeras que te deja el sueño.
Ni es tu lengua de víbora tampoco,
flecha de avispas en el aire ciego,
ni la humedad caliente de tu asfixia
que sostiene tu beso.
No es nada de tu cuerpo,
ni una brizna, ni un pétalo,
ni una gota, ni un gramo, ni un momento:
Es sólo este lugar donde estuviste,
estos mis brazos tercos.
Diario Semanario y otros poemas en prosa (1961)
Jaime Sabines dentro de su literatura, posee poemas entrañables; de esos que un día hacen que el Palacio de Bellas Artes se llene de gente para presenciar al autor decirlos, y hacerlos llorar, o emocionarse o recitar con los labios lo que el poeta ha puesto en sus bocas. A continuación se presentan algunos poemas tomados de la bibliografía de Sabines, comenzando por poemas de su libro "Horal" para terminar con el poema suelto "Me encanta Dios".
DIARIO SEMANARIO Y OTROS POEMAS EN PROSA (1961):
Te quiero a las diez de la mañana
Te quiero a las diez de la mañana, y a las once, y a las doce del día. Te quiero con toda mi alma y con todo mi cuerpo, a veces, en las tardes de lluvia. Pero a las dos de la tarde, o a las tres, cuando me pongo a pensar en nosotros dos, y tú piensas en la comida o en el trabajo diario, o en las diversiones que no tienes, me pongo a odiarte sordamente, con la mitad del odio que guardo para mí.
Luego vuelvo a quererte, cuando nos acostamos y siento que estás hecha para mí, que de algún modo me lo dicen tu rodilla y tu vientre, que mis manos me convencen de ello, y que no hay otro lugar en donde yo me venga, a donde yo vaya, mejor que tu cuerpo. Tú vienes toda entera a mi encuentro, y los dos desaparecemos un instante, nos metemos en la boca de Dios, hasta que yo te digo que tengo hambre o sueño.
Todos los días te quiero y te odio irremediablemente. Y hay días también, hay horas, en que no te conozco, en que me eres ajena como la mujer de otro. Me preocupan los hombres, me preocupo yo, me distraen mis penas. Es probable que no piense en ti durante mucho tiempo. Ya ves. ¿Quién podría quererte menos que yo, amor mío?
La Señal (1951) y Tarumba (1956)
Jaime Sabines dentro de su literatura, posee poemas entrañables; de esos que un día hacen que el Palacio de Bellas Artes se llene de gente para presenciar al autor decirlos, y hacerlos llorar, o emocionarse o recitar con los labios lo que el poeta ha puesto en sus bocas. A continuación se presentan algunos poemas tomados de la bibliografía de Sabines, comenzando por poemas de su libro "Horal" para terminar con el poema suelto "Me encanta Dios".
LA SEÑAL (1951):
No quiero paz
No quiero paz, no hay paz,
quiero mi soledad.
Quiero mi corazón desnudo
para tirarlo a la calle,
quiero quedarme sordomudo.
Que nadie me visite,
que yo no mire a nadie,
y que si hay alguien, como yo, con asco,
que se lo trague.
Quiero mi soledad,
no quiero paz, no hay paz.
TARUMBA (1956):
¿Qué putas puedo hacer...?
¿Qué putas puedo hacer con mi rodilla,
con mi pierna tan larga y tan flaca,
con mis brazos, con mi lengua,
con mis flacos ojos?
¿Que puedo hacer en este remolino
de imbéciles de buena voluntad?
¿Que puedo con inteligentes podridos
y con dulces niñas que no quieren hombre sino poesía?
¿Que puedo entre los poetas uniformados
por la academia o por el comunismo?
¿Que, entre vendedores o políticos
o pastores de almas?
¿Que putas puedo hacer, Tarumba,
si no soy santo, ni héroe, ni bandido,
ni adorador del arte,
ni boticario,
ni rebelde?
¿Que puedo hacer si puedo hacerlo todo
y no tengo ganas sino de mirar y mirar?
Poemas: Horal (1950)

POEMAS
Jaime Sabines dentro de su literatura, posee poemas entrañables; de esos que un día hacen que el Palacio de Bellas Artes se llene de gente para presenciar al autor decirlos, y hacerlos llorar, o emocionarse o recitar con los labios lo que el poeta ha puesto en sus bocas. A continuación se presentan algunos poemas tomados de la bibliografía de Sabines, comenzando por poemas de su libro "Horal" para terminar con "Me encanta Dios".
HORAL (1950):
Lento, amargo animal
que soy, que he sido,amargo desde el nudo de polvo y agua y viento
que en la primera generación del hombre pedía a Dios.
Amargo como esos minerales amargos
que en las noches de exacta soledad
-maldita y arruinada soledad
sin no mismo-
trepan a la garganta
y, costras de silencio,
asfixia, matan, resucitan.
Amargo como esa voz amaga
prenatal, presubstancial, que dijo
nuestra palabra, que anduvo nuestro camino
que murió nuestra muerte,
y que en todo descubrimos.
Amargo desde dentro,
desde lo que no soy,
-mi piel como mi lengua-
desde el primer viviente,
anuncio y profecía.
Lento desde hace siglos,
remoto -nada hay detrás-,
lejano, lejos, desconocido.
Lento, amargo animal
que soy, que he sido.
- Los amorosos
-
- Los amorosos callan.
- El amor es el silencio más fino,
- el más tembloroso, el más insoportable.
- Los amorosos buscan,
- los amorosos son los que abandonan,
- son los que cambian, los que olvidan.
- Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
- no encuentran, buscan.
Los amorosos andan como locos- porque están solos, solos, solos,
- entregándose, dándose a cada rato,
- llorando porque no salvan al amor.
- Les preocupa el amor. Los amorosos
- viven al día, no pueden hacer más, no saben.
- Siempre se están yendo,
- siempre, hacia alguna parte.
- Esperan,
- no esperan nada, pero esperan.
- Saben que nunca han de encontrar.
- El amor es la prórroga perpetua,
- siempre el paso siguiente, el otro, el otro.
- Los amorosos son los insaciables.
- Los que siempre -¡qué bueno!- han de estar solos.
Los amorosos son la hidra del cuento.- Tienen serpientes en lugar de brazos.
- las venas del cuello se les hinchan
- también como serpientes para asfixiarlos.
- Los amorosos no pueden dormir
- porque si se duermen se los comen los gusanos.
En la obscuridad abren los ojos- y les cae en ellos el espanto.
Encuentran alacranes bajo la sábana- y su cama flota corno sobre un lago.
Los amorosos son locos, sólo locos,- sin Dios y sin diablo.
Los amorosos salen de sus cuevas- temblorosos, hambrientos,
- a cazar fantasmas.
- Se ríen de las gentes que lo saben todo,
- de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
- de las que creen en el amor como en una lámpara de inagotable aceite.
Los amorosos juegan a coger el agua,- a tatuar el humo, a no irse.
- Juegan el largo, el triste juego del amor.
- Nadie ha de resignarse.
- Dicen que nadie ha de resignarse.
- Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.
Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla,- la muerte les fermenta detrás de los ojos,
- y ellos caminan, lloran hasta la madrugada
- en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.
Les llega a veces un olor a tierra recién nacida,- a mujeres que duermen con la mano en el sexo,
- complacidas, a arroyos de agua tierna y a cocinas.
Los amorosos se ponen a cantar entre labios - una canción no aprendida.
- Y se van llorando, llorando
- la hermosa vida.
Referencias
.-.- Sabines, Jaime. (2009). Los amorosos. (1era ed.) Ciudad de México: Joaquin Mortiz Editorial.
.-.- Sabines, Jaime. (2001). Recuento de poemas. (10ma reimpresión) Ciudad de México: Joaquin Mortiz Editorial.
.-.-Zarebska, Carla. (2006). Jaime Sabines: Algo sobre su vida. (1era ed.) México: Plaza & Janes Editores
.-.-Día Siete.Año 6, Número 294. "Sabines, no podrás morir", pp.40-49. 2006
.-.- Entrevista a Jaime Sabines por Ana Cruz (1996, octubre) Disponible en http://www.sololiteratura.com/sab/sabentrlapoesia.htm. Recuperado el 15 de noviembre de 2009.
.-.- Escritos sobre Sabines (2009, noviembre) Disponible en http://www.sololiteratura.com/sab/sabentrlapoesia.htm. Recuperado el 18 de noviembre de 2009.
.-.-Biografía (2009. noviembre= Disponible en http://www.jaimesabines.org/?Biograf%EDa. Recuperado el 24 de noviembre de 2009.
.-.- Todas las imágenes mostradas dentro de este blog son propiedad de http://www.jaimesabines.org/ et al. Éste sitio sólo las usa para ilustrar al gran poeta mexicano y no las utiliza en ningún ánimo de detrimento.
"A mi me gusta, a mi me encanta Dios, Que Dios bendiga a Dios"
